Escuchando el bello sonido
de unos violines mágicos,
se llena todo mi cerebro
de musicales pensamientos.
Mis cansados ojos
parecen recuperar brillo,
mi corazón y estado de ánimo
rejuvenecen como un chiquillo.
Suenan suaves melodías
en éste oscuro y airoso día,
la habitación que está muy fría
parece reconfortarse de alegría.
Como por arte de magia
sueño con duendes y hadas,
empiezo a escribir unas letras
intentando componer un poema.
Las cuerdas de éstos violines
tocando piezas de empuje,
música de los años setenta
que bellos recuerdos vienen a mi cabeza.
Esta música, su virtuosismo
enerva mi espíritu,
carga mis pilas de energía positiva
para disfrutar de lo hermoso de la vida.
Dulce música de violines
sonido estéreo, de cine,
hace aflorar de mis adentros
los más nobles sentimientos.
Esta bella música ha terminado
que tan gratamente me ha inspirado,
agudizando mi ingenio
para componer estos versos.
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