En estos pasados días
he recuperado palabras hondas,
que se dicen y se olvidan
a lo largo de nuestra vida.
Hoy volvieron algunas
profundas y muy antiguas,
palabras casi centenarias
que tenían cortadas sus alas.
Con un deje o una toná
como castúo antiguo,
que usaban nuestros antepasados
como del tiempo de María Castaña
al estilo del habla jurdana.
Palabras, al fin y al cabo palabras
agudas, graves y esdrújulas
palabras muy sencillas,
nada rebuscadas
que salen de mi alma extremeña.
Pasan a formar parte diaria
de mis versos y prosa literaria,
y sin darme importancia
las vuelvo a poner de moda.
Como el sacrificio, la renuncia y la
pasión
son tres pruebas de amor,
la poesía, la pintura y la música
alegran los estados de mi alma
como bellas sensaciones en mi vida
diaria
que me quedan sin aliento, sin palabras.
Adrián
Sánchez Blázquez
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