Para un cambio de aires y
para los nuevos tiempos
emprender nuevos retos y aventuras
de riesgo,
voy a comprarme un coche
nuevo
un coche a ser posible un
todo terreno.
He visitado varios
concesionarios
en Cáceres, en otras ciudades
y pueblos,
de distintos motores y
variados precios
y sopesarlo y luego en un
tiempo, ya veremos.
Muchas marcas, variados
modelos
unos más altos, otros más
anchos centímetros más o menos,
ninguno te regala nada a
cambio
todos tienen ganas de vender
y ganar los dineros.
Ya lo tengo más o menos claro
será un Toyota RAV cuatro,
del nivel y prestaciones
bastante alto
y costara un bien puñado de
euros.
Seguiré visitando el
concesionario
hasta intentar ponerme de
acuerdo,
más o menos con el precio
y con alegría disfrutar del
todo terreno.
Los pagos los realizaré
rigurosamente al contado
del dinerito que tengo
ahorrado,
conseguido con más de cuarenta
años de trabajo
creo tener todo el derecho
del mundo para disfrutarlo.
Cruzaré montes, ríos y valles
desde temprana mañana hasta
caer la tarde,
recorreré la dehesa zarceña y
de Cáceres sus llanos
subiré a la sierra, a sus
picos más altos.
Será una verdadera gozada
cualquier día de la semana,
preparar un maletín o neceser
e irnos a divertir como
jóvenes, otra vez.
Con éste todo terreno
viajaré por España y el
extranjero,
sabiendo administrar nuestros
pocos caudales
recorrer los más bellos espacios
naturales.
Ponga un todo terreno en su
vida
cambiará su chip y se llenará
de alegría,
más alegres serán cada uno de
los días
y yo seguiré contándolo en
forma de poesía.
Por haberme anticipadamente
jubilado
y querer pasar y disfrutar
buenos ratos,
tanto en la ciudad, pueblo y
campo
en buena compañía muchos años
disfrutarlo.
El todo terreno de mi vida
se llama RAV cuatro,
diesel y con ciento veinte
caballos
de lo mejorcito del mercado.
Adrián Sánchez Blázquez
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