lunes, 20 de octubre de 2014

Agua por días de feria

Llevamos más de dos semanas de agua
las calles y tierras están anegadas,
sintiendo y viendo el croar de las ranas
que van saltando de charca en charca.

La tarde presagia tormenta
se ve algún que otro rayo y centellas,
pero mis piernas están inquietas
deseando salir a dar una vuelta.

Salgo a la calle cogiendo un paraguas
y en dirección a la dehesa,
agarrado de la mano de mi compañera
de paseo ver el pocito, la obra nueva.

De paso entro a ver el secadero
para comprobar los efectos del aguacero,
y como no ocasionó ningún destrozo
mi estado de ánimo se ve todo gozoso.

Todo un lujo, un precioso paseo
por los Arenales hasta el Salgadero,
empieza a llover, un fuerte aguacero
que hace meternos en el Cordel, llegamos corriendo.

Un cafetito bien calentito
que nos reconforta todo el cuerpo,
y una vez pasado este acuoso momento
regresamos a casa felices y contentos.

Un largo paseo por la dehesa
después de haber dormido un poco la siesta,
es algo para recordar de estas tierras zarceñas
y poderlo plasmar en éste poema.

Agua y más agua revuelta
en éstos días de feria,
por no haber no hay ninguna caseta
ni coches chocones, ni revolanderas.


Adrián Sánchez Blázquez.




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