Con mi pluma y mi tintero
una testa cargada de nuevos
pensamientos
que desean salir por el mundo
entero
volando libres como el
viento.
Mis piernas se van
fortaleciendo
duros ejercicios y largos
paseos
recibo la noticia henchido de
gozo
que me iré para casita dentro
de poco.
Mi cabeza no para de dar
vueltas
solo de imaginarlo cuanto se
alegra
han sido demasiados días
sin descansar ni de noche ni
en la hora de la siesta.
Ahora que a todo esto le iba
cogiendo gusto
me echan para la calle, fuera
del trullo
y entre risas y llantos la
vida se ha ido
procurando que sea más bien
tarde, que pronto.
Se acabaron las vías con sus
moratones
que a mí me producían un
dolor de cojones
el miedo de las enfermeras y
sanitarias
es mi vena poder coger para
colocarlas.
Fueron días cargados de
muchas angustias
sin descanso, muchos dolores
y penas
de largas soledades y enormes
tristezas
la familia y la escritura me
ayudaron a llevarlos con entereza.
Ahora todo queda como un vago
recuerdo
del que tardare mucho tiempo
en olvidarlo
quedando largo tiempo de
rehabilitaciones
hasta que logre estar en
óptimas condiciones.
Mi mujer y mis hijas el valor
más seguro
cada día que pasa el mejor de
mis aciertos
una vez me vea recuperado de
todo esto
habremos de celebrarlo con un
gran festejo.
Abandonando ésta fría cama de
hospital
de la hospitalidad de sus
gentes nunca me podre olvidar
con una gran carga emocional
en mis recuerdos siempre van
a estar.
Cuando pasas en el complejo
hospitalario
un largo periodo de tiempo
parece que no ves el momento
de poder salir de éste
infierno.
Los días se hacen eternos
empiezas a valorar los
silencios
esas miradas de tristes
enfermos
con una gran carga de dolores
internos.
El temor a lo desconocido,
esos miedos
las operaciones ¡ qué pasará
luego ¡
a ese futuro incierto
pero yo me cago en todo esto
y el viernes me marcho y no
vuelvo.
( Adrián Sánchez Blázquez )
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