A la entrada de la Zarza
frente al restaurante
Junco Fresco
en dirección a Granadilla,
yendo para el ejido de arriba
a la derecha de la carretera
están las tierras de las Viñas.
Aún recuerdo cuando de niño
en verano, mi padre me despertaba
a las seis de la mañana,
cuando la alondra mañanera
con sus trinos anunciaba
la llegada del alba.
Desayunábamos buenos tazones de leche
migados con pan y algunas galletas
después de ordeñar las vacas,
las mulas aparejaba
y poniéndoles los serones
íbamos a llenarlos de sandías y melones.
Bebíamos agua del pocito las Viñas
esa construcción tan antigua
donde iban a buscar agua fresca
del año, casi todos los días
las madres con sus hijas
y algunos novios con sus mocitas.
Por tierras de la Zarza
de Zarza de Granadilla
y muy cerca del pueblo
separada por la carretera
está el paraje de las Viñas
ésa alegre campiña.
Desde el Pontón las tablas, el arroyo Valdeciervos
recorre todas las Viñas y paseando por sus pistas
vemos el rabilargo, la carraca,
el mochuelo común y la abubilla
el buitre negro, la cigüeña negra
culebra bastarda y alguna víbora.
A lo lejos en la lontananza
maravillosas vistas
se ve la sierra de Béjar,
llena de nieve sus montañas
sus caudalosas gargantas
con sus cristalinas aguas.
Ese rio Cuerpo de Hombre
con gran cantidad de truchas asalmonadas
al pantano de Gabriel y Galán
van a verter sus caudalosas aguas,
y la Covatilla, llenas están sus pistas
por turistas para esquiar éstos nevados días.
Las Viñas, ahora es zona de regadío
verdes están sus huertos
variedad de frutales tienen las fincas
proliferan las casas de campo
para recreo de los dueños y sus amas
por estar en una zona privilegiada.
Tener una parcela en las Viñas
aunque no tenga viñedos
habérselo currado año tras año,
hoy en día para sus dueños
es todo un lujo y un privilegio
vivir en las Viñas no tiene precio.
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