viernes, 8 de septiembre de 2017

Adagio agrícola


Adagio agrícola

 

Después de una fuerte tormenta que vino desde el llano a la sierra

regando la desértica tierra, mi alma se queda tranquila y serena.

Ha sido mucho ruido y pocas nueces, mi corazón se acelera y estremece, truenos, rayos y centellas en la Comarca de la Vera.

El labrador bastante preocupado termina de sembrar el pimiento y el tabaco, acaba de empezar la faena y ya teme por el resultado de la cosecha.

Las cosas de la agricultura no pintan buena perspectiva, siempre oteando el horizonte, por donde sale el sol o por donde se esconde.

Siempre mirando hacia el cielo llorando sin desconsuelo, ya que una furiosa granizada le ha destrozado toda la siembra.

Estas son de las cosas verídicas, reales y ciertas como la vida misma, la gente del campo bien que lo conoce y sabe siempre lo escucho a los mayores y a sus padres.

 

Es un adagio agrícola

de los campos de mi tierra extremeña,

de campiñas extremas y duras

de muy difícil andadura.

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