martes, 15 de marzo de 2016

La Prueba


Lunes de buena mañana

debo pasar la prueba,

que no es de cualquier manera

es muy rigurosa y severa.

 

Para ello este fin de semana

estoy a base de ayuno y abstinencia,

muchos líquidos y agua

y algún caldito sin nada de grasa.

 

Tan solo de pensarlo

el ombligo se me está encogiendo,

me dan unos sudores fríos

y algún que otro escalofrío.

 

Por la tarde un sobrecito

en un vaso de agua desleído,

beber de agua dos litros

para limpiar los intestinos.

 

A la siete de la tarde empieza la faena

de líquido tengo la tripa llena,

flatulencias y retorcijones

acudir al aseo para frecuentes deposiciones.

 

Y como dice en la tele el anuncio

el algodón no engaña,

el interior queda completamente limpio

al desechar tanta sustancia orgánica.

 

Espero dormir un poquito

ya que tengo que levantarme prontito,

para tomar otro sobrecito

a las siete en punto.
 

 
Lunes alrededor de las doce y media

debo ir a realizarme la prueba,

que me dejará completamente perjudicada

toda mi parte trasera.

 

Deseo que los resultados

no tengan ninguna importancia,

poder seguir con mis relatos

y riendo toda ésta semana santa.

 

Entré en el hospital, en el cuarto

quedarme desnudo de arriba abajo,

para realizarme la prueba

que tanto me atormenta.

 

Aparecieron en el aposento

tres dulces ángeles del cielo,

y como en un delicioso sueño

relajaron todo mi cuerpo.

 

Sin apenas haberme dado cuenta

me habían realizado la prueba,

con esas dulces manos

que mi cuerpo apenas tocaron.

 

Algo confuso por la anestesia

empecé a incorporarme de la litera,

tranquilo, sereno y muy relajado

con mi fiel compañera, siempre a mi lado.

 

Acto seguido para celebrarlo

nos fuimos a comer a un italiano,

un rissotto de arroz y rica ensalada

que mi cuerpo agradeció con toda el alma.

 

Después de un cafetito y un helado

al sol ricamente hemos paseado,

después regresar a nuestra casa

tan felices como unas  pascuas.

 

Por fin acabaron mis cuitas y miedos

ya que son libres y no cuestan dineros,

una vez pasada la prueba

más contento que unas castañuelas.

 

Ya va llegando el momento

de ir terminando estos versos,

pues hoy es día de ensayo

en el Orfeón Cacereño con sus cantos.

 
 

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