Intentar abrir las ventanas
airear el olor a cerrado y sacristía,
que este putiferio enrarecía
de tanto pedófilo en la iglesia.
De los sectores más reaccionarios
largas colas en los confesionarios,
con las malas intenciones y maneras
de la historia de ésta corrupta España
nuestra.
De monjas encerronas
y algunos curas de sotana,
que las canciones del Sabina
denuncia cuando les canta.
Desde sus pulpitos y confesionarios
como verdaderos cuervos negros,
acojonando a la peña
amenazando con el infierno y las penas
eternas.
De mujeres de mala vida
que ejercen el oficio más antiguo,
cargándose de hijos ilegítimos
con muchas penas y poquitas alegrías.
Pagando los platos rotos
de cada pueblo el más tonto,
sin conseguir nunca echar el guante
a los picaros y tunantes.
Son como bajos instintos
episodios de mal gusto,
aristócratas de putitrono y misa
y la gitanería más castiza.
Adrián
Sánchez Blázquez
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