OTOÑO MÁGICO PARTOCHO
Septiembre se muere, se
muere dulcemente, un otoño muy caliente se respira en el ambiente.
Mis paseos matinales con
los primeros rayos solares, ver la recogida de los higos cordovises, cuello
dama y granillo.
Se tienden en la pasera
para secarlos, larga se hace la espera, después hay que recogerlos y caparlos
para llevarlos a vender al mercado.
De uvas en pleno apogeo
se llenan los canastos y cestos, los recolectores con mucha alegría hacen la
vendimia al venir el día.
Enojadas las avispas
revoloteando con sus aguijones nos están amenazando, pero soñamos con las
mieles del triunfo cuando saboreemos estos riquísimos caldos.
Los olivos están tan
cagados que parecen estar preñados de aceitunas gordal, manzanilla y hojiblanca
para convertirlas en rico aceite en la almazara.
L néctar e esta fruta de
los mejor de la dieta mediterránea, de un color verdoso y amarillento y sabor
entre picante y afrutado.
Pasear por las mañanas
temprano es toda una gozada por el campo partocho, las aves con sus alegres
trinos parecen facilitarnos las empinadas sendas del camino.
Y es que este otoño mágico
en Villanueva de la Vera, en sus campos partochos
es una hemorragia de satisfacción, un verdadero
orgasmo
y según transcurran los días os seguiré contando.
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