UN CANTO A LA VIDA
Después de un largo
paréntesis en mi escritura hoy quiero comenzar una nueva andadura, no sé si
saldrá en verso o en prosa, con rima asonante o consonante, pero de todo esto
lo más importante es sin mirar para atrás seguir para adelante.
Estas letras tendrán como
siempre un cierto toque irónico, hablaré de lo humano y de lo divino y es que
si no fuese así no me reconocería a ni a mi mismo ya que a mis sesenta y tantos
paso de tanto formalismo y deseo tener bastante sarcasmo que es lo que me hace
ser un zarceño, descendiente directo de Fermín Cuartillo.
Que cualquier tiempo
pasado fue mejor dicen la gente de otra generación, pero a mi mucho me cuesta
creerlo al comprobar el momento que estoy viviendo, no carente de un cierto
toque de chocheo por estar ejerciendo las labores de abuelo.
Y aunque me llaman Yayo flauta
orgulloso estoy de serlo de mi nieta Marta y después de haber pasado un feliz
fin de semana en Villanueva de la Vera, en nuestra nueva casa rodeado de mi
esposa e hijas lo mejor que me ha dado la vida.
No quisiera el oremus
perder por tanto como tengo que disfrutar y ver, utilizo alguna que otra
palabra antigualla como de tiempos de Maricastaña, quizás con algo de
influencia de alguna telenovela que ponen por las tardes en TV en la primera
cadena.
Volverán a mi magín las musas
que parecían haberme abandonado un tanto difusas,
y en el apardear de éste día
cuál si fuese el comienzo de una hermosa
primavera,
desechando tristezas y lleno de una inmensa
alegría
dedico estas letras como un bello canto a la vida.
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