NOCHE DE INSOMNIO
Son las seis de la mañana
y aún no marché para la cama, mi cabeza no para de dar vueltas intentando
buscar una salida a tanto engaño e hipocresía, la falta de seriedad de ciertos
artistas que echándose la manta a la cabeza te desvalijan robándote a manos
llenas.
Y yo sin comerlo ni
beberlo yendo de bueno por la vida, recibo palos por todos lados que acaban con
todas mis alegrías, voy a ponerme el mundo por montera y aunque salga el sol
por Antequera, porque con la que se avecina aquí, así no hay quien viva.
Habrá que llamar al hombre
del traje negro, de color cetrino, enjuto y seco que porta bastón y ala ancha
en su sombrero para que a estos desmanes ponga remedio, con más leyes que un
abogado de secano de los que recogen espigas en los barbechos y ahora vas y lo
grabas para pasarlo por todos los pueblos de nuestra España.
Ya lo decía tío Pablo Cuesta
no la hagas no la temas
ya que el hombre del traje negro
arregla las cosas en un momento,
en torno a unos chatos de vino
entre bromas y chascarrillos
y aperitivos en la barra del bar,
con tío Rivero, tío Camero y tío Ramos
los mejores amigos que uno puede desear
y algún que otro que no recuerdo
he llegado al final de éste cuento.
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