miércoles, 3 de enero de 2018

Síndrome de manos vacías



Síndrome de manos vacías

Un año que termina y otro nuevo que empieza con penas y alegrías, algún que otro dolor de cabeza, una vez más sin haberme tocado la lotería y empeñado hasta las cejas, como aquél que ahora su vida laboral empieza.
Pero procuro poner a la vida la mejor de mis sonrisas, aunque muchos no se lo creen las úlceras van por dentro y no se ven, pero con alguna que otra dosis de omeprazol mi estómago parece encontrarse mejor.
Lo peor es la regilera de mis manos sobre todo la derecha, que de vez en cuando tanto se altera que apenas me cuesta poder llegar a escribir unas letras, tanto me desespera porque va a unas marchas veloces y certeras.
Debe ser cosa de la vejez que como la jodienda no tiene enmienda, ni Dios que la entienda dicen del lugar los más viejos que ni jodiendo, ya que ellos llevan mucho tiempo llorando sin desconsuelo buscando para este mal remedio.
Y es que cada uno llora sin desconsuelo y como una loca, por donde le toca y lo siente en la fibra más sensible, no escapándose ni los más torpes ni los más inteligentes.
Síndrome de manos vacías que yo deseo estén llenas y no de ilusiones vanas, sino cargadas e energías positivas que alegren cada uno de los días que me quedan por disfrutar de mi vida.

En el libro de la vida
alguien puso allí mi nombre
y recibí tantos golpes
que me convencí enseguía
lo poco que vale un hombre.


 Resultado de imagen de tiritera de manos

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