Pelotas palmeros
Tanto
en otoño como en invierno me producen escalofríos tanto pelota palmero, parecen
a los monos que imitan sin saber lo que están haciendo.
Aduladores
que te pasan la mano por el hombro riéndote todas las gracias y cuentos, como
chismosos llegan a ser los primeros sin pararse a pensar el daño que ocasionan
en todo momento.
Para
todos los que son cretinos son el mejor acompañamiento, ya que la espesura del
bosque no les deja ver nuevos horizontes.
A
todos ellos les digo que en la penitencia llevan el castigo, ya que se les ve
desde lejos el plumero por las babas que se le van cayendo.
Son
como perros falderos que se venden por cuatro dineros, en el fondo son tan
ingenuos e ignorantes que son el hazmerreir de toda la gente.
En
este otoño tan cálido en el que no hace falta ni siquiera arrimarse al brasero,
ya que estoy tan calentito con los aplausos de tanto pelota palmero.
En
esta sociedad española donde la rebeldía está condenada, prohibida y hasta mal
vista, pelotas palmeros es lo que nos
sobran.
Pelotas
palmeros ¿ que sería España sin ellos?, son camaleónicos y están en todo tipo
de saraos, fiestas y eventos.
Prefiero a gente de
escopeta y perro
que a tanto pelota palmero
que se arrastran por el
suelo
haciéndome poner de los
nervios.
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