Con el cirio o con el palo
No me
gusta el olor a cera
ni el
estrépito de las algaradas
no soy
un ratón de sacristía
ni quemador
de iglesias.
Per
mal hacen estos curas, obispos, frailes y canónigos
que
utilizan el eco de sus campanarios
al son
de lamparillas de seminario y sotanas
desde
sus pulpitos hacen proclamas republicanas.
A la
postre arderán en el infierno
al promulgar
y apoyar tanto desgobierno
se olvidan
de la justicia divina y de su misión
perdona
tu pueblo Señor.
Serán
por todo ello considerados
como
un cero patatero
porque
puede que el cirio se torne en palo
y terminen
por pasar un mal trago.
Ya lo
denuncia Alfredo Liñan Carrochano
en su
crónica en el Hoy diario
del
día cinco de noviembre domingo
que
lleva por título con el cirio o con el palo.
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