El barco de la vida
En el barco de la vida
procuraré no ir a la deriva,
aunque soplen fuertes ventiscas
siempre llevaré la vela mayor erguida.
La fuerza del viento
soplará a barlovento y a sotavento,
pero con pulso firme en el timón
dirigiré mi acelerado corazón.
La brújula del tiempo
me llevará a buen puerto,
procuraré llegar en calma
en esta travesía tan accidentada.
Valió la pena el viaje
aunque fui ligero de equipaje,
procuré ser el marinero más elegante
que se paseó por todos los mares.
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