Día veintiocho de diciembre
es día de inocentes,
de algunas bromas pesadas
que no conducen a nada.
De anónimas llamadas telefónicas
alguna de ellas a deshoras,
otras son anónimas escritas
que no producen ninguna risa.
Es la guasa española
reírnos hasta de nuestra
propia sombra,
como una mosca cojonera
dar la lata a cualquiera.
Veintiocho de diciembre, es
el día
cuidadín con el timo de la
estampita,
o del lejano pariente del pueblo
que te puede dar algún
sablazo.
Es día de inocentes
algunos más que otros,
de reírse y tomar el pelo a
la gente
siempre con humor sano.
Es día de inocentadas
hasta en los whastsapps,
de bromas pesadas
de risas sin fronteras.
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