Hoy
ya hace un año
del infeliz suceso,
que me dejó confundido
y llorando para mis adentros
a solas con tanto desconsuelo.
Y es que amigos míos
la muerte de mi padre y maestro,
el mejor de mis amigos
y el más noble compañero
es para mí el peor de los sucesos.
Fue un golpe inesperado
aún recuerdo su buen humor,
y sus cantes por fandangos
que emocionaba toda mi alma y mi cuerpo
y alegraba a todos los zarceños.
A este veintinueve de mayo
de tan dispares momentos,
de mi hija es su treinta y seis
cumpleaños
coincidiendo con el primer aniversario
de la partida de su abuelo.
Este veintinueve de mayo
tan florido y hermoso,
con una de cal y otra de arena
por un lado alegría y por otro tristeza
dejas mi alma llena.
Adrián
Sánchez Blázquez
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