A las estrellas, luna y el sol
se les apagó todo el resplandor
por la muerte de Manuel Molina,
ese gran tocaor de guitarra
compositor y buen cantaor.
Hace ya muchos años
formaron un excelente dúo,
aún resuenan los ecos de su voz
de ése par de cantaores Lole y Manuel
con sus cantes dedicados al amanecer.
Seca quedó su garganta
sorda suena su guitarra
sus cuerdas están desafinadas,
un duro golpe para todas las almas
de esa nobleza gitana.
La noche llegó, la noche llegó
porque la parca a Manuel Molina se
llevó,
la montaña al sol ocultó
ahora todo es de un negro color
y de un amargo sabor.
De luto esta toda la tierra
llora toda la gitanería entera,
y una pena recorre toda España
recordando el sonido de su guitarra
tan flamenca y tan gitana.
Que triste es la primavera
esta primavera cuando llega,
el dolor que asoma a su ventana
cuando esta pena tan grande canta
me hace recordar al barrio de Triana.
Y a amanecer, al amanecer
en un pueblo blanco yo te besaré,
la luna le dijo al sol
todo se ha vuelto de un oscuro color
porque Manuel Molina nos dejó.
Quería cantar hasta el último quejío
deseaba morirse cantando
con los pies encima del escenario,
era el poeta del cante jondo
tocando la guitarra en vertical y con
largos silencios.
Según el deseo de su familia
será incinerado y sus restos repartidos
entre Triana y Algeciras y un gran maestro se va
espero que las galaxias se desperecen en
mis lamentos
hasta siempre Triana hecha persona.
Ya lo dicen en las redes sociales:
con el se va un antes y un después
en el noble arte de éstos cantes,
sus forma de interpretar versos propios
y ajenos
quedan para el recuerdo.
A
Manuel Molina
y su fusión flamenca,
que junto a Loles Montoya
que fue su compañera y amiga
alegraron y aliviaron las penas mías.
Adrián
Sánchez Blázquez
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