EN
LA CASA DEL MAESTRO
En
la casa del maestro todo está correctamente ordenado, si abres su armario verás
un juego de calcetines, una camisa, una corbata, un traje algo raído y el
sombrero.
Y
ahí están todas sus prendas al completo, también tiene un pañuelo para el
cuello, un bastón que le acompaña en sus paseos y un paraguas muy antiguo en el
paragüero.
En
un aparador algo despostillado algunos retratos de sus antepasados, algunos
libros, un cenicero y un aparato de radio muy viejo.
En
la casa del maestro los comestibles son más bien escasos, se cumple el eterno
dicho como una sentencia de que pasas más hambre que un maestro de escuela.
Es
un tipo más bien enjuto y seco de mirada risueña pero algo estirado, se quita
el sombrero al paso de las damas y los buenos modales nunca le faltan.
Enseña
a los niños la enciclopedia Álvarez en la escuela, cálculo mental, ortografía,
geografía e historia, nunca le gusta hablar de política por estar viviendo en
una dictadura, ya que él es de izquierdas y partidario de la república.
En
casa del maestro no falta nunca el café calentito de puchero, donde se
calientan los tertulianos las manos en éstos días fríos de invierno.
En la casa del
maestro
no falta a diario
un plato de caliente caldo
que le llevan los
vecinos del pueblo,
cuantos recuerdos
añejos
de la tele en
blanco y negro
parece que fue ayer
y de esto hace ya tanto tiempo.
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