COMO
ABOGADO DE SECANO
Va
de frente por la vida pues se considera defensor de causas perdidas, como un
abogado de secano que en su defensa siempre hay gato encerrado.
La
maleta hecha y ligera de equipaje para un incierto viaje por comisarías y
celdas de cárceles y después punto y aparte.
Haciendo
vida de palomar, salir de casa al amanecer y regresar de noche pero trabajando
con libertad y dignidad, por un sueldo ruin y miserable.
Ahora
toca seguir andando caminos, atracar en cien riberas, abogado de secano y rompe
zapatos que camina o revienta.
Le
gusta llamar al pan pan y al vino vino, a pesar de no tener un master honorario
por la universidad Juan Carlos I.
Falsos
letrados asesorando a gentes con desahucios, como licenciados sabelotodos, que
sin haber estudiado presumen de ello.
Dice
el abogado a su defendido: Si yo no he estudiado derecho como quieres que gane
el pleito, yo es que soy jurista de secano y creía que solo hace falta saber
leer para ser abogado.
Dice
el defendido al abogado de secano: Estoy muy contento de tu trabajo ya no te
necesito, y como ahora pagarte no puedo ya más adelante hablamos.
Como dice Torrente
en sus películas
habrá que hacerse
unas pajillas,
pero que sean
mentales
para acabar con
todos nuestros males.
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