A
VIVIR QUE LA VIDA SON DOS DIAS
Disfruto
del momento con la compañía de un buen libro y un café solo, cargado y
calentito ya que la vida tiene fecha de vencimiento.
Un
día gris y oscuro de un frio domingo de invierno cojo papel, pluma y tintero
para componer unos versos.
La
música de un saxo tenor interpretando bellas canciones de amor, sonidos del
silencio que son mi mejor acompañamiento.
Suenan
hermosas melodías en el dial de la emisora y unas detrás de otras emocionan mi
corazón y serenan mi alma.
Será
que al ir pasando los días e ir cumpliendo años me vuelvo más emotivo y en
ocasiones lloro como cuando era niño.
Recuerdos
y añoranzas que me llevan a mi adolescencia, nostalgia de aquellos que ya
partieron y que tengo muy presentes en el pensamiento.
Mi
mente esta confusa las nubes pasan muy deprisa, cojo mi maleta viajera y
embarco en tren de ida pero sin vuelta.
Parto
rumbo a lo desconocido muy satisfecho con todo lo vivido, pero de tantas cosas
estoy de vuelta que a esta edad lo mismo me dan tronchos que berzas.
Mi
cabeza está barruntona será que se avecina una aventura nueva como aquellas de
Don Quijote y Sancho Panza por tierras de Castilla La Mancha.
¿
Dónde está la felicidad? En un buen libro y una taza de café, para saborear
tanto como hay que leer y a disfrutar.
A vivir y a vivir
que la vida son dos
días
la mitad son de
fiesta y alegría
y la otra mitad son
para dormir.
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