El deporte nacional
La envidia
y la habladuría es el deporte nacional
junto a
las corruptelas de la clase política,
que
tanto monta como monta tanto
el y tú
más que dicen los unos a los otros,
para
finalmente irse de rositas
por
haber prescrito los delitos
y
marcharse para casa todos muertos de risa.
Pero lo
que menos me gusta de éste país que es mi patria
que aquí
nunca pasa nada,
unas
veces por culpa de las izquierdas
y otras
veces por las derechas
nos vamos
a ir todos a hacer puñetas
y perderemos
como siempre las clases bajas y media.
Estamos asados
de pagar tantos impuestos
que nos
vamos a quedar en los tristes huesos,
para que
esta panda de chulos y chorizos
se queden
con nuestros dineros
llevándoselos
al extranjero.
Deseo que
un día no muy lejano
este país
mío despierte del letargo
y nos
echemos todos a la calle
para protestar
contra estos delincuentes,
y los
veamos a todos juntos en la cárcel
pero devolviendo
antes todo lo robado naturalmente.
Ojalá tengamos
una justicia rápida y certera
que aparte
de detener a putas y porretas
sea capaz
de meter a esta clase política en vereda,
para que
dejen de robarnos a manos llenas
y podamos
ser un país libre de pobreza y miserias.
Con el
ruido de sartenes y cacerolas
saldremos
a realizar al paseíllo y la ola,
para que
nunca sea nuestro destino
el terminar
empobrecidos
como el
célebre corralito argentino.
Que por
menos motivos
se organizó
hace años
la del
dos de mayo,
y mira
como terminaron los gabachos
metidos entre
las piernas el rabo.
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