Una casita blanca
Creo que la
casita de mis sueños voy a llamarla El Trampal, porque es como un pozo sin
fondo desde el principio hasta el final.
Con la ilusión
que yo tenía y al final la tengo perdía, todos mis sueños se han esfumado como
por un saco roto.
Una cosa es que
te den un presupuesto y otra todos los vicios ocultos con los que me encuentro,
y que debo solucionarlos a base de poner dinero del que no dispongo en estos
momentos.
La cabeza no
para de dar vueltas y creo que terminará por volverse loca, esta maldita
parcela que me hace pasar todas las noches en vela.
Unas veces los
muros y paredes y otras los desagües y drenajes, ya veremos hasta que todo esto
finalice por cuanto me va a salir el envite.
Nunca pude
llegar a imaginar que al finalizar mi vida laboral a la vejez iba a terminar
entrampado hasta las cejas y sin saber aun lo que me espera.
Ilusiones vanas,
sueños y quimeras tener una casita en el campo, donde ahogar mis penas y
llantos.
Decía El Guerra
de mi pueblo que no compréis nunca fincas que no sepáis administrar, era un
carbonero muy popular pero en esto tenía toda la razón y verdad.
Tantos años en
busca de una parcela para construir nuestra soñada casita y ahora que por fin
la hemos encontrado, cuantos duelos y quebrantos.
Deseo que con la
llegada de la primavera desaparezcan todos mis males y penas, que los calurosos
rayos del sol alegren mi desconsolado corazón.
Ojalá que una
mañana no muy lejana como Manolo Parada pueda cantar: vente y vente tu conmigo,
vente y vente y ya verás tengo una casita blanca en medio del olivar.
Me gusta la
primavera sus colores y sus flores, y tenerte yo a mi vera y los besos de tu
boca a mi me quitan las penas.
Peregrino por el
mundo abrir mis alas al viento, mis cantares llevo dentro y brotan de mi
garganta historias de sentimientos.
Entre flores y
olivares tengo mi blanca paloma, mi casita es un lucero le da el sol cuando se
asoma y el cantar de los jilgueros.
Medio en serio y
medio en broma estoy terminando de componer este relato en prosa, real como la
vida misma y con un sutil tono de ironía.
La verdad de
Perogrullo esta mano cerrada es un puño, desazones no pagan trampas, las paga
el dinero si es que lo hay en casa.
Una casita blanca en el sitio de La Presa
para que el día de mañana
poder disfrutar toda la familia
cambiando mis penas por alegrías.
Una casita blanca en Villanueva
un pueblo lo mejor con diferencia
donde tuve mis amores tempranos
y de los que deseo seguir gozando con el paso de los
años.
Acabo de componer estas letras
con todo el sentimiento de mi alma
al comienzo de este mes de febrero loco
que días solo tiene veintiocho.
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