¡Musas, volved a mí!
Después de este
largo y para mi eterno silencio, intento nuevamente escribir unas letras en las
hojas en blanco de mi cuaderno.
No sé por qué de
vez en cuando a mí las musas me abandonan, entonces mis palabras se emborronan,
tendré que dejar mi cuaderno de campo en casa y salir a caminar sin más,
disfrutando del paseo sin buscar unas letras para mis poemas, simplemente
caminar y observar y de momento al descubrir nuevos y desconocidos rincones sin
necesidad de realizar excesivos y largos trayectos, a mi cabeza empiezan a
llegar ideas para cuando regrese a casa componer unos versos.
Todo estaba tan
cerca de mí, delante de mis narices y no era capaz de verlo.
Cuando mi mente
se quedó vacía y al ver las hojas en blanco de mi cuaderno me entró bastante
pánico, pensé por un momento que se había acabado mi intelecto, era como para
los artistas de teatro al subirse encima del escenario el miedo escénico.
Al seguir
paseando por la estrecha ruta que me llevaba por el largo sendero, entendí que
lo que necesitaba era un descanso para comprender que el problema era que me
había saturado el cerebro, pero que mi chispa Cuartilla seguía ahí, tan fuerte
como siempre esperando nuevos acontecimientos.
De vez en cuando
tengo que dejar mi cuaderno de bitácora cerrado sin remordimientos y entender
que todo lo que me rodea me inspira, y que cuando menos lo espere saldrá en
forma de prosa o de verso.
Mientras tanto
leeré, escucharé música o iré al cine, teatro o de conciertos, pero siempre
mantendré los ojos muy bien abiertos.
En mi móvil
gravaré todos mis pensamientos, aunque al principio me resulte un tanto raro,
pero después al escucharme es como si me contase a mí mismo todo lo que pasa
por mi cerebro. Es más rápido que escribir y más natural, porque suelto mis
pensamientos sin pasar por ningún filtro.
A diario leo
algún libro o periódico y a ratitos voy haciendo nuevos descubrimientos. Que
duermo poco y me levanto temprano y al salir a dar un largo paseo menos
descanso.
Me gustaría ir a
desayunar fuera de vez en cuando a un sitio de esos chulos que hay en mi
barrio, ir al cine y apuntarme a un curso de algo, ir algún evento para salir
de la rutina del momento.
Presiento que febrero
aunque es el mes más corto del año para mi es el peor y el menos creativo. Y
eso que no me faltan los motivos que si San Valentín día de los enamorados,
Carnavales y Peropalo y el divertimento creativo debería estar servido.
No sé porque algunas veces a mí las musas me abandonan
será por mi escasa capacidad intelectual
que unas veces ríen y otras lloran,
y la mayoría de las ocasiones se descojonan,
desde aquí hago un llamamiento
¡Musas, volved a mí! Os echo de menos.
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