viernes, 23 de febrero de 2018

¡ Musas, volved a mí!



¡Musas, volved a mí!

Después de este largo y para mi eterno silencio, intento nuevamente escribir unas letras en las hojas en blanco de mi cuaderno.
No sé por qué de vez en cuando a mí las musas me abandonan, entonces mis palabras se emborronan, tendré que dejar mi cuaderno de campo en casa y salir a caminar sin más, disfrutando del paseo sin buscar unas letras para mis poemas, simplemente caminar y observar y de momento al descubrir nuevos y desconocidos rincones sin necesidad de realizar excesivos y largos trayectos, a mi cabeza empiezan a llegar ideas para cuando regrese a casa componer unos versos.
Todo estaba tan cerca de mí, delante de mis narices y no era capaz de verlo.
Cuando mi mente se quedó vacía y al ver las hojas en blanco de mi cuaderno me entró bastante pánico, pensé por un momento que se había acabado mi intelecto, era como para los artistas de teatro al subirse encima del escenario el miedo escénico.
Al seguir paseando por la estrecha ruta que me llevaba por el largo sendero, entendí que lo que necesitaba era un descanso para comprender que el problema era que me había saturado el cerebro, pero que mi chispa Cuartilla seguía ahí, tan fuerte como siempre esperando nuevos acontecimientos.
De vez en cuando tengo que dejar mi cuaderno de bitácora cerrado sin remordimientos y entender que todo lo que me rodea me inspira, y que cuando menos lo espere saldrá en forma de prosa o de verso.
Mientras tanto leeré, escucharé música o iré al cine, teatro o de conciertos, pero siempre mantendré los ojos muy bien abiertos.
En mi móvil gravaré todos mis pensamientos, aunque al principio me resulte un tanto raro, pero después al escucharme es como si me contase a mí mismo todo lo que pasa por mi cerebro. Es más rápido que escribir y más natural, porque suelto mis pensamientos sin pasar por ningún filtro.
A diario leo algún libro o periódico y a ratitos voy haciendo nuevos descubrimientos. Que duermo poco y me levanto temprano y al salir a dar un largo paseo menos descanso.
Me gustaría ir a desayunar fuera de vez en cuando a un sitio de esos chulos que hay en mi barrio, ir al cine y apuntarme a un curso de algo, ir algún evento para salir de la rutina del momento.
Presiento que febrero aunque es el mes más corto del año para mi es el peor y el menos creativo. Y eso que no me faltan los motivos que si San Valentín día de los enamorados, Carnavales y Peropalo y el divertimento creativo debería estar servido.

No sé porque algunas veces a mí las musas me abandonan
será por mi escasa capacidad intelectual
que unas veces ríen y otras lloran,
y la mayoría de las ocasiones se descojonan,
desde aquí hago un llamamiento
¡Musas, volved a mí! Os echo de menos.



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