Melancólico alimento
Para mí la
poesía es un melancólico alimento para el corazón enamorado que llevo dentro.
Aún espero hacer
el mejor poema de mi vida, como dice Sabina tendría que tener una intensidad irresistible,
una gota de dolor, una gota de rabia y unas cuantas gotas de poesía.
Con tal de no
pasar por el aro mis letras siguen siendo contestatarias, a mis sesenta y
tantos años mis versos siguen siendo incendiarios.
Quisiera que
esta llama siga encendida el resto de los días de mi vida y que unas veces en
verso y otras en prosa, lo importante es seguir componiendo cosas, de todas
estas ideas alocadas que fluyen por mi cabeza y que nunca parar quisiera, de
que estoy y sigo vivo es una señal inequívoca.
Abre los ojos y
despierta, que no hay mal que por bien no venga dice un dicho de mi tierra,
vive el presente disfrutando de todo lo de tu alrededor sin olvidarte de los
ausentes.
Que todo pasa y
nada queda tan pronto y tan deprisa, que los sueños como una vana ilusión o
quimera marcharon y ya no esperan.
A veces busco en las bibliotecas
la fuente de inspiración para escribir mi mejor poema,
siendo la poesía un melancólico alimento
para los que vivimos de un amor sincero.
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