Gracias a la vida
Lleno de gozo
y alegría, una vez más debo darle gracias a la vida que me ha dado tanto.
Tanto como el calor de tu cuerpo y el don de tu
sonrisa, disfrutar de tu bella compañía.
Compañía que a
pesar de perdurar con el paso del tiempo y ya han pasado cuarenta y cuatro años.
Años que según
miro hacia atrás han pasado en un pis pás, volando, como pasan las cosas hermosas.
Hermosas y que
como los buenos vinos que en las bodegas envejecen, pero siempre van mejorando.
Mejorando como
todos aquellos ratos pasados con sus penas y alegrías y seguir estando a tu vera.
Vera y no de
ver, sino de permanecer juntos, uno al lado del otro, unidos por siempre.
Por siempre y
por toda la eternidad hasta los confines del mundo y más allá.
Allá por
tierras de la Vera Alta, en esta comarca extremeña no hay otra serrana más bella.
Bella y que
relumbra más que la luz de las estrellas y esas dos hijas como luceros y esa
dulce nietecita.
Nietecita quede
mi vejez es la alegría y el consuelo, pletórico de placer estoy henchido y
completamente lleno.
Lleno de gozo
y alegría, una vez más debo darle gracias a la vida que me ha dado tanto.