Café y versos
Café y versos
saben a besos,
recién incorporado del lecho
después de una loca noche de amor.
Me levanto temprano
con el sueño aún en los ojos,
comienzo a preparar un café para dos
tibio, negro y amargo.
Mientras sube la cafetera
cojo papel y pluma,
empiezo a escribir este poema
impregnado de aromáticas letras.
Unas gotas de rocío
parecen querer escapar del crudo
frío,
mientras la luz de la aurora
ilumina tu desnudo cuerpo en la
alcoba.
Un antojo poético
acabo de tener en éste momento,
acompañado de un cafetito solo
cargadito, negro y expreso.
Escribo unos versos
mirando el fondo de la taza, sus
posos,
como si fuese un extraño sortilegio
una buenaventura rodeada de misterio.
Plasmo las letras de este poema
en la radio suena una bella melodía,
canta Luis Eduardo Aute
deseo acabar los versos más bien
pronto que tarde.
El cantautor interpreta con su
melodiosa voz
la eterna canción,
habla de una muñeca desnuda de azul
pájaro dulce de la juventud.
Un antojo momentáneo
es lo que ahora siento,
de terminar estos versos
acompañado de este rico cafetito.
Versos, verdad o atrevimiento
tal vez solo ha sido un sueño,
corto como un buen café expreso
y como ese amor del bueno.
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