lunes, 28 de abril de 2014

Paria, una historia más


Me siento un verdadero paria
todos los días de la semana
me asean y acicalan
hasta me traen el desayuno a la cama.

Con enfermera diplomada
que me da en cada momento la medicina pautada
un asistente hondureño Parrales
que me ayuda a levantarme y a acostarme.

En las tardes soleadas
me sacan a tomar el aire a la terraza
por el ascensor y montado en la silla de ruedas
me bajan a la calle a dar una vuelta.

Me hacen la cama, limpieza diaria y lavandería
además de una exquisita cocina
mucho me cuidan y me miman
me tratan a cuerpo de rey, como un sibarita.

No sé si debo abusar de ello
explotando un poquito más el cuento
pero bien sabe Dios que no es cierto
lo que deseo es salir cuanto antes de esto.

De ésta infección de cadera maligna
debería tener alguna consecuencia positiva
sentir el afecto y cariño de amigos y familia
en especial de mi mujer y mis dos hijas.

Paria, una historia más
pero esta vez no es soñada
es real como la vida misma
con sus llantos y sus risas.

( Adrián Sánchez Blázquez )







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