martes, 26 de marzo de 2013

Sequía Literaria


Sequía literaria es la que siente éste aspirante a escribidor, es pánico y un verdadero horror al levantarme por la mañana y no tener una fuente de inspiración.

Por más que me estrujo la cabeza no sé por dónde empezar, que es lo que voy a escribir, siento una gran desilusión, me encuentro desanimado, como perdido y ahora ¿que hago yo?, me pregunto desde mi interior.
Es una situación harto embarazosa ya que es la primera vez que me ocurre y es mi primer gatillazo literario, aunque creo que esto no es debido a problemas de edad ya que conozco a muchísimos escritores que han seguido escribiendo hasta la última hora a pesar de los achaques de la edad y de su jubilación.
Sequia literaria es la que siento desde hace algunos días, no tengo nada que escribir, tengo bloqueado el cerebro y cerrado el corazón.
Tengo unas ganas enormes de que se pase pronto ésta sequía y venga la lluvia, lluvia literaria que me acompañe siempre, tanto de noche como de día.
Pero de momento no se que hacer, si esperar a que las cosas se den por si solas o intentar escribir aunque lo que escriba no me salga como me gustaría.
Intentaré escribir en otros lugares no usuales, de los que estoy acostumbrado a escribir y leer, me dejaré llevar por mis impulsos, puede ser que tenga falta de motivación o creatividad.
Por más que riego mi alma no me crecen las palabras, aun cuando el cielo esté nublado detrás sigue brillando el sol, añado un poco de buena música y luz natural y espero que al final las letras que se están horneando a fuego lento acaben por brotar.
A veces pienso que la escritura se compone también de silencios, aunque son incómodos pero no dejan de ser silencios, como en toda buena cosecha, también es necesario el barbecho.
Espero y deseo se me despeje la mente nuevamente y abriéndome el corazón pueda volver a escribir y de esta suerte poder encontrarme y sentirme mejor.
Quisiera salir de éste bache, volver e mis inicios, a aquellos tiempos en que el escribir a diario para mí era un privilegio, no viendo sombras en el espejo que sean un fiel reflejo del pánico y miedo que siento al intentar escribir de nuevo.
Sequía literaria es la que en éstos momentos tengo al no ser capaz de escribir unas estrofas, ni siquiera un pequeño verso.
Siento rabia e impotencia al escribir todo esto, para mi es como cuando un jugador de fútbol atraviesa una sequía goleadora, que aunque juega con el mismo entusiasmo cada partido, no es capaz de conseguir un gol.
Debe ser una etapa más de mi vida, debo aprender a sobreponerme y superarla, aunque en un principio me sienta herido y debilitado, al fin saldré fortalecido con ésta experiencia y nuevamente animoso para seguir escribiendo y cubrir todas las expectativas que como aspirante a escribidor me proponga y esperan de mi mis queridos lectores.
Deberé realizar un viaje hacia mis adentros, buscar en el fondo de mi corazón y muy en su interior ser capaz de desentrañar el misterio de ésta sequía literaria y estrujándome el cerebro, ésas neuronas sean capaces de hacerme volver la razón, volviéndome a fluir las palabras y escribir mejor que en cada etapa anterior.
Recuerdo esos periodos de cómo afloraban las palabras y en éstos momentos de sequía literaria total, puede ser el miedo a no ser capaz de escribir algo mejor, sintiendo en éstos momentos la soledad y la tristeza de ánimo en mi interior.
Tal vez aspiro a un tiempo de paz y tranquilidad que no tengo, cada persona es un mundo sin duda y las cosas no se ven igual desde afuera que desde dentro.
Lo que pasa por mi cabeza es un misterio, hay quien dice que la inspiración solo surge cuando uno se pone manos a la obra, que es fruto del trabajo, lo que para uno es motivo de inspiración para otros es motivo de abandono.
Creo que ya lo tengo todo dicho, pero en el fondo pienso que aún tengo tanto por escribir, me queda tanto por hacer.
El ejercicio de escribir aumenta las ganas de decir, cada vez surgen con mayor facilidad las letras, pero a veces el caudal no fluye y como en éste caso tengo sequía literaria.
Por momentos me siento vacío, no soy capaz de escribir ni una sola palabra en el folio en blanco, tendré que aprender a convivir con el silencio de las palabras esperando que un día no muy lejano ponerles sonido.
Aunque éste silencio me crea angustias y desesperanzas estando en un mundo lleno de ruidos, parece que toma cuerpo.
No sé a quién echarle la culpa de mis silencios, será que a medida que uno va escribiendo más alto el listón se va poniendo y el temor a no superarlo traiga consigo ésta falta de inspiración poética y como consecuencia ésta sequía literaria.
Sequía literaria que me está destrozando por momentos, ante tanta borrasca y tan mal tiempo, miro hacia arriba queriendo ver algún rayo de sol en el cielo, que me sirva de esperanza, que esto no es nada más que un pequeño receso y me convenza que literariamente aún no estoy muerto.




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