LA SONRISA DE UN NIÑO
Mi propósito de cada día
desde la salida del alba
hasta el apardear
con una amplia sonrisa poderos obsequiar.
Acompañado de gratificante música
que estimula cada instante de mi vida
de mi cabeza brotan las letras
para componer hermosos poemas.
Sé que debo propiciar sonrisas
para convertir las penas en alegrías
que bastantes oscuros y negros momentos
he pasado en este largo confinamiento.
Ahora que fluyen con armonía
los ritmos de mi poesía
al compás de la música
se alegra el alma mía.
Esta mañana muy de temprano
salté de la cama muy animado
ojalá que antes de caer la noche
el final de este poema culmine.
Cada uno de mis días
cuando hablo con mi nieta Marta
y sonriendo me envía besos
me emociono por completo.
Un niño con su sonrisa
salva el peor de mis días
soy capaz de oir la hierba crecer
aunque no la pueda llegar a ver.
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