PONGAMOS QUE HABLO DE
JOAQUÍN
Pongamos que hablo de Joaquín
del Sabina ese que no se si canta cuando recita
o recita cuando canta
pero siempre acompañado de un vaso de wiski.
Artista multidisciplinar
desde aquellos tiempos de La Mandragora
cantautor, pintor, poeta, etcétera y etcétera
y hasta donde ha logrado llegar.
Pasando por incontables juergas y borracheras
no faltándole los porros y anfetas
rodeado de mujeres de vida alegre
pisándole en cada rincón la muerte.
Después de mil tropiezos y percances
el sigue siempre en sus trece
pendenciero y vividor a tope
el que venga detrás que arrée.
Sigue llenando el aforo
en todas sus actuaciones
cuelga el cartel de no hay billetes
al haberse agotado todos los asientos.
Polémico donde los haya
con sus explosivas declaraciones
pero dotado de una facilidad de palabra
más propia de los sacerdotes.
Canta a unos y a otros las cuarenta
luego caiga quién caiga
pasándose las críticas
por el medio de la entrepierna.
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