AQUELLAS
SERENATAS
El amor a la antigua
duraba toda una vida
el contigo pan y cebolla
que nos contaban nuestras abuelas.
Pero resuelta que ahora
parece estar pasado de moda
el pan ya no es lo que era
y la cebolla nos da llorera.
Por las calles del pueblo
se oye este canto
que ni es pan es de trigo
y a la cebolla somos alérgicos.
De aquellas rondas asomadas a los balcones
y de esas pedidas de mano a tus padres
ya no queda nada
si acaso solo la nostalgia.
Hoy en cosa de los amores
hay más separaciones
que abstenciones
a la hora de las votaciones.
De aquellas hermosas serenatas
solo queda la música enlatada
ya no se escriben amatorias cartas
que tanto a los antiguos nos gustaba.
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