TORMENTA DE VERANO
Con mi bastón y sombrero
me encuentro de nuevo
esta mañana bien temprano
paseando por estrechos senderos.
Si las musas me acompañan un poco
unas letras saldrán de mi coco
para componer un cuento
en forma de versos.
Subo un empinado repecho
allá más bien cerca que lejos
observo rayos, centellas y
truenos
en medio de una gran tormenta me
encuentro.
Sentimientos encontrados
entre soportar el aguacero
o darme la vuelta y salir
corriendo
finalmente me pongo calado hasta
los huesos.
Parecía que abajo se venía el
cielo
como si fuese el fin del mundo
y todas las fuerzas del averno
se hubiesen puesto de acuerdo.
Pero en apenas un instante
salió un sol caliente y radiante
cumpliéndose lo que decía mi
abuela María
que después de una turbia siempre
viene una clara.
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