Viajar
Viajar según dicen unos
coleguitas es fumarse unas hierbitas, luego disfrutar el momento y sin prisas
echarse unas alegres sonrisas.
Es que cuando te fumas un
peta dejas un reguero que apesta con esas plantas aromáticas que es el aroma
que llena toda la casa.
Y que conste que no es a
colonia ni siquiera de Heno de Pravia, qué aunque es de las baratas al menos te
refresca la cara.
Dicen que para gusto se
hicieron los colores y yo añado que los sabores y los olores, y a mí que no me
vengan con gaitas que es un olor que mucho desagrada.
Familias destroza allí
por donde pasa esta drogaína tan nefasta, deseo que las generaciones venideras
la desechen de sus cabezas.
No te juntes nunca con
este tipo de gentuza que te llenará la cabeza de humos y malas ideas.
Para limpiar este mundo
de las drogas haya que bajar a las cloacas, y llenarse de inmundicia hasta las
orejas barriendo y lavando hasta que no quede ni gota de mierda.
Estos coleguitas cual
perro flacucho pulgoso de pelo raído, pasan todas las horas del día en busca de
la dosis que poco a poco les aniquila.
Te hace flotar en una
nube percibiendo su presencia tenue, y al girar la cabeza te has convertido en
un perro de presa.
El alcohol y las drogas
es lo que les mola, dejando el sexo aparte, eso sí después de hartarse.
Gigantes con cabeza de
oro, pechos de plata y pies de barro, como sonámbulos yendo de lado a lado
hasta conseguir la dosis para fumarse el porro.
Yo para emprender un bonito viaje
tengo ya preparado mi equipaje,
sin ningún tipo de pócima ni brebaje
en un barquito velero surcaré todos los mares.
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