TIERRA
DE PARTOCHOS
No
soy poeta reconocido ni de gran renombre, solo soy un aspirante a escribidor,
mi sana intención es dar a conocer esta hermosa tierra a través de mis
escritos, unas veces en prosa y otras en verso, de un forma original y
particular, con un cierto matiz irónico, al no ser de academia pero si al estar
casado con una partocha de Villanueva y estar relacionado con éste pueblo desde
el año 1.973, al que profeso un gran cariño y admiración, y si será así de
cierto que es donde tengo mi casita en el campo, con parcela, porche y pozo y paso
muy buenos ratos y donde me recreo y quisiera que al fín del camino reposaran
mis cenizas esparcidas por estos hermosos campos partochos, de los que el mismo
Dios dijo: que son un Rincón del Paraíso, lo mejor con diferencia y un lugar
donde nadie se siente forastero.
Me
gusta ser temible en el campo de la escritura, aunque soy y actúo torpe con los
poderosos pero siempre soy indómito
Recorro
miles de kilómetros a lomos de mi pluma peleando como aquel ingenioso hidalgo
manchego y aunque no es contra molinos de viento, pero siempre intentando
terminar de escribir mis diarios y relatos, unas veces en prosa y otras en
forma de versos y nunca deseo terminar en el destierro.
Deseo
seguir campeando libre como el viento por los campos y pueblos de mi
Extremadura, tierra llena de aventuras y también de leyendas.
Pongo
mi pluma como portavoz y al servicio para denunciar todas las injusticias que
se cometen contra los más desvalidos.
No
aspiro a recibir ningún nobel de literatura ni me lo planteo siquiera, procuro
ser un aspirante a escribidor de la cabeza a los pies, escribiendo una especie
de fascículos literarios, en el devenir de los días.
Llevo
unos años jubilado y creo que pertenezco a una generación que por desgracia va
desapareciendo en éste mundo literario, creo haber cumplido parte de mi misión
con creces en mi vida.
Tengo
una forma de entender mi trabajo, mi convicción de que no es un desdoro servir
a los demás, se que tengo que hacerlo, y lo hago con sumo placer, quisiera un
día llegar a ser vuestro escribidor favorito.
De
vez en cuando hago una prosa y poesía más intimista, la mayoría de la gente
idealizan la jubilación y no dicen todo lo que hay detrás.
Nadie
cuenta los problemas de la próstata entre otros y las pérdidas de memoria y de
orina, aunque yo suelo referirme a ellos con un cierto toque de ironía.
Ahora
estoy pasando unos días en mis cuarteles partochos, en donde desaparecen todas
mis neuras y me lleno de alegría, rodeado de hermosa vegetación, el despertarme
por la mañana con las claras del alba, con el trinar de los pájaros en mi
parcela, correteando por el césped y bebiendo con su pico el agua en el brocal
del pozo, donde todo el año es como una florida primavera, por algo le llaman
la Galicia de Extremadura.
Aquí
es donde a mi intelecto acuden las letras para escribir las más bellas prosas
literarias y aquí las musas nunca me abandonan. Cojo papel y pluma y escribo
los más nobles e íntimos sentimientos en forma de versos.
Me
encuentro en la comarca de la Vera, en Villanueva de la Vera hermoso pueblo y
es el mejor antídoto contra las neuras y la rutina, largos paseos y rutas por
su hermosa campiña, respirar el aire puro procedente de la sierra de Gredos,
disfrutar del agua limpia y fresca de sus arroyos y gargantas, viendo como
saltan las truchas arco iris y asalmonadas, degustar su rica y casera
gastronomía, quesos y productos derivados de su chacina, todo ello acompañados
de sus intensos vinos de pitarra.
Queridos
amigos lectores que no te lo digan ni te lo cuenten, coge la mochila y vente,
disfrutarás de hermosos paisajes, de estas que no has visto en la vida,
chorreras y cascadas naturales, vegetación agreste y alguna que otra piara de
cabras que te harán transportar y viajar a otros mundos, en éste pueblo donde te
acogen con los brazos abiertos.
En
esta tierra de partochos los problemas se disipan y la belleza espanta los
jamacucos, en cuanto asoma la primavera, como un temerario sin prudencia, me
vuelvo al campo, nada más asomar mayo, hago trashumencia, cargo el maletero del
coche con un par de maletas y marcho a Villanueva de la Vera.
Allí
estaré hasta noviembre, en el campo, en la parcela de mi casita, atochando
zarzas y malas hierbas, curando los árboles y segando el césped, sembrando,
cocinando y de vez en cuando degustar algún que otro pinchito de la tierra
regado con rico vino de pitarra. ¿Qué tendrá este campo verato para entonar de
esta manera y regalar tanta vida?. Estamos en tierra partocha y aquí no hay
enfermedades. Es el remedio, el mejor antídoto y la fórmula más barata para
combatir el tedio y el aburrimiento, que alegra las penas del alma y mejora los
males del cuerpo.
Su
cálido clima, la lucidez de los cielos, la temperatura del agua, la belleza de
los campos, el asombre de sus vinos y los recursos miles de una gastronomía
asombrosa, todo a precios suaves, impulsa auténticas oleadas de turismo hacia
esta bendita tierra.
Que
estamos en Guitarvera, suenan guitarras y panderetas y en el Lancho de la
Panderona sacan para asombro de la concurrencia una pandereta enorme y hermosa
que presidirá en la plaza Aniceto Marinas todos los días de ésta fiesta.
En
ésta ruta nocturna para descubrir cosas antiguas, curiosidades y alguna que
otra pregunta, un rincón de la poesía en la que declaman varias poetisas
haciendo más hermosos los rincones de ésta villa.
Entramos
en la iglesia para recibir explicación de su arquitectura al compás de unos
sones guitarreros cantamos el Padre Nuestro que estás en los cielos, el bello
se pone como escarpias y seguimos disfrutando de ésta hermosa velada.
El
cante y el baile de éste lugar es el folklore, las voces de sus guapas serranas
a los sones de laudes y guitarras y los partochos con sus jaleos y palmas al
compás de sus desgarradas gargantas.
Unos
sabrosos tasajos e cabra regados con ricos vinos de pitarra, las rondas en el
medio de la plaza, los lugareños abren las ventanas de sus casas, los quicios
de las puertas para escuchar las rondeñas.
Fiesta
bien conocida hasta convertirse en referencia obligada, desfilando la flor y
nata de las agrupaciones folklóricas veratas ahora que celebramos su XVIII edición
de otras partes de España viene lo mejor de los mejor.
Para cantar la
rondeña
la rondeña
malagueña
en la comarca de la
Vera Alta
hay dos figuras sin
igual
Manolo (el rubio de
Villanueva)
y Boni (el chato de
Madrigal ).
El
sábado por la noche después del pregón de fiesta en la Ermita del Cerro,
asistimos a un pedazo de concierto musical a cargo del grupo cacereño Cerandeo
Folk, más que concierto fue un conciertazo, como no había escuchado otro igual
hace muchos años, nos deleitaron con diversos y variados temas de su repertorio
y nos ofrecieron como primicia y en exclusiva un tema de las coplas del Peropalo y ahí fue toda una
explosión de alegría, un cúmulo de sensaciones contenidas, los pelos como
escarpias y unas lagrimitas de emoción corrieron por más de una mejilla del
público asistente.
Después
en la plaza Aniceto Marinas las celebres Carretillas.
El
domingo vinieron a visitarnos unos amigos cacereños, con todos ellos recorrimos
las actuaciones del circuito guitarrero, disfrutamos de lo lindo cantando y
bailando y degustando ricos vinos de pitarra, tanto blancos como tintos y con
variados aperitivos en la plaza del pueblo.
A
la hora convenida, en el almuerzo degustamos ricas viandas en el restaurante
Gastro-Bar-Vida, toda una exquisitez y una verdadera delicia.
Un
ratito de siesta en el porche de nuestra casa en la fresquita parcela y después
visita a la chorrera llamada Cascada del Diablo para disfrutar de sus
maravillosas vistas, sus cascadas de agua, maravillo clima y sacar hermosos
reportajes fotográficos. A la caída de la tarde despedirnos de nuestros amigos
con los que hemos pasado una jornada inolvidable.
A
Carmen y Miguel Angel, Mercedes y Fidel y Antonio y Maribel, agradecidos y
emocionados solamente les podemos decir: Gracias por venir.
A
Pilar y José María, Lázaro y Tere que estuvieron ausentes y no pudieron acudir solamente
les podemos decir que los tuvimos en nuestro pensamiento muy presentes y que ya
saben dónde estamos y que los esperamos un día allí.
También
es un lugar donde todos los chalados del mundo se dan cita aquí. Vienen de
Rumanía, de Hispanoamerica, de Rusia y de diversas partes del mundo, hasta
conformar una variopinta etnia compuesta por veinticuatro nacionalidades
distintas. Menudo ramillete de príncipes y princesas, marqueses y duques, unos
con mucho dinero, otros venidos a menos y están arruinados, verdaderos o
falsos.
Reyes
con hambre y exreinas sin un duro. Los matrimonios prohibidos, las examantes de
los emperadores, todo catálago disponible de exfavoritos, de ludópatas casados
con ricas americanas.
Todos,
todos están aquí. Y al alcance de nuestra imaginación, solo es soñar y ya está.
Después
unas tardes de terraza, tardes de vinos, dan la bienvenida al buen tiempo y nos
invita a disfrutar de una cata muy especial, cata con aperitivo en la pradera
de mi casita en un entorno rural, que más puedo desear, si ya de por sí tengo
una buena disposición mental.
Cuando
alguna vez he dicho algo que me ha salido de dentro y me he arrepentido porque no
era socialmente correcto, recuerdo a Chavela Vargas. Prefirió ser como era, con
todas las consecuencias, y contarlo. Me hace sentir que no hay nada más sano
que la pureza y la transparencia.
Sueño,
aunque la mayoría de los sueños no se cumplen, se roncan.
Es
una desnuda sinceridad, al fin y al cabo desnudo se nace, desnudo se va al
cuarto de baño, desnudo se va al amor y desnudo, se está en la muerte. Pues
creo que me voy a estrellar, me van a defraudar, debo aprender de los errores y
estar aprendiendo siempre. Menos mal que soy de pueblo y estas predicciones no
me enfadan porque sino es para cabrearse. Como decía Sancho Panza” que hay que
desconfiar de los que no meten nunca la pata”
Esta
XVIII encuentro de cultura popular, un deleite para los amantes de la
etnografía, música popular, tradiciones, folklore, pasiones y medio ambiente.
Participan diferentes pueblos de la comarca y algunos de otras partes de
España, una hermosa experiencia para siempre recordar, un cúmulo de sensaciones
emotivas, a los sones de laudes y guitarras, tocados por recios partochos y las
voces de esas guapas serranas.
Dicen que paso mi
tiempo
en seguidillas y
rondeñas
haciendo de
saltimbanquis
mientras trabajar
debiera.
Murmuración inaudita
pues considerar
pudieran
que este mundo es
un fandango
y el que no baila,
patea.
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