martes, 14 de mayo de 2019

Tierra de partochos


TIERRA DE PARTOCHOS

No soy poeta reconocido ni de gran renombre, solo soy un aspirante a escribidor, mi sana intención es dar a conocer esta hermosa tierra a través de mis escritos, unas veces en prosa y otras en verso, de un forma original y particular, con un cierto matiz irónico, al no ser de academia pero si al estar casado con una partocha de Villanueva y estar relacionado con éste pueblo desde el año 1.973, al que profeso un gran cariño y admiración, y si será así de cierto que es donde tengo mi casita en el campo, con parcela, porche y pozo y paso muy buenos ratos y donde me recreo y quisiera que al fín del camino reposaran mis cenizas esparcidas por estos hermosos campos partochos, de los que el mismo Dios dijo: que son un Rincón del Paraíso, lo mejor con diferencia y un lugar donde nadie se siente forastero.
Me gusta ser temible en el campo de la escritura, aunque soy y actúo torpe con los poderosos pero siempre soy indómito
Recorro miles de kilómetros a lomos de mi pluma peleando como aquel ingenioso hidalgo manchego y aunque no es contra molinos de viento, pero siempre intentando terminar de escribir mis diarios y relatos, unas veces en prosa y otras en forma de versos y nunca deseo terminar en el destierro.
Deseo seguir campeando libre como el viento por los campos y pueblos de mi Extremadura, tierra llena de aventuras y también de leyendas.
Pongo mi pluma como portavoz y al servicio para denunciar todas las injusticias que se cometen contra los más desvalidos.
No aspiro a recibir ningún nobel de literatura ni me lo planteo siquiera, procuro ser un aspirante a escribidor de la cabeza a los pies, escribiendo una especie de fascículos literarios, en el devenir de los días.
Llevo unos años jubilado y creo que pertenezco a una generación que por desgracia va desapareciendo en éste mundo literario, creo haber cumplido parte de mi misión con creces en mi vida.
Tengo una forma de entender mi trabajo, mi convicción de que no es un desdoro servir a los demás, se que tengo que hacerlo, y lo hago con sumo placer, quisiera un día llegar a ser vuestro escribidor favorito.
De vez en cuando hago una prosa y poesía más intimista, la mayoría de la gente idealizan la jubilación y no dicen todo lo que hay detrás.
Nadie cuenta los problemas de la próstata entre otros y las pérdidas de memoria y de orina, aunque yo suelo referirme a ellos con un cierto toque de ironía.
Ahora estoy pasando unos días en mis cuarteles partochos, en donde desaparecen todas mis neuras y me lleno de alegría, rodeado de hermosa vegetación, el despertarme por la mañana con las claras del alba, con el trinar de los pájaros en mi parcela, correteando por el césped y bebiendo con su pico el agua en el brocal del pozo, donde todo el año es como una florida primavera, por algo le llaman la Galicia de Extremadura.
Aquí es donde a mi intelecto acuden las letras para escribir las más bellas prosas literarias y aquí las musas nunca me abandonan. Cojo papel y pluma y escribo los más nobles e íntimos sentimientos en forma de versos.
Me encuentro en la comarca de la Vera, en Villanueva de la Vera hermoso pueblo y es el mejor antídoto contra las neuras y la rutina, largos paseos y rutas por su hermosa campiña, respirar el aire puro procedente de la sierra de Gredos, disfrutar del agua limpia y fresca de sus arroyos y gargantas, viendo como saltan las truchas arco iris y asalmonadas, degustar su rica y casera gastronomía, quesos y productos derivados de su chacina, todo ello acompañados de sus intensos vinos de pitarra.
Queridos amigos lectores que no te lo digan ni te lo cuenten, coge la mochila y vente, disfrutarás de hermosos paisajes, de estas que no has visto en la vida, chorreras y cascadas naturales, vegetación agreste y alguna que otra piara de cabras que te harán transportar y viajar a otros mundos, en éste pueblo donde te acogen con los brazos abiertos.
En esta tierra de partochos los problemas se disipan y la belleza espanta los jamacucos, en cuanto asoma la primavera, como un temerario sin prudencia, me vuelvo al campo, nada más asomar mayo, hago trashumencia, cargo el maletero del coche con un par de maletas y marcho a Villanueva de la Vera.
Allí estaré hasta noviembre, en el campo, en la parcela de mi casita, atochando zarzas y malas hierbas, curando los árboles y segando el césped, sembrando, cocinando y de vez en cuando degustar algún que otro pinchito de la tierra regado con rico vino de pitarra. ¿Qué tendrá este campo verato para entonar de esta manera y regalar tanta vida?. Estamos en tierra partocha y aquí no hay enfermedades. Es el remedio, el mejor antídoto y la fórmula más barata para combatir el tedio y el aburrimiento, que alegra las penas del alma y mejora los males del cuerpo.
Su cálido clima, la lucidez de los cielos, la temperatura del agua, la belleza de los campos, el asombre de sus vinos y los recursos miles de una gastronomía asombrosa, todo a precios suaves, impulsa auténticas oleadas de turismo hacia esta bendita tierra.
Que estamos en Guitarvera, suenan guitarras y panderetas y en el Lancho de la Panderona sacan para asombro de la concurrencia una pandereta enorme y hermosa que presidirá en la plaza Aniceto Marinas todos los días de ésta fiesta.
En ésta ruta nocturna para descubrir cosas antiguas, curiosidades y alguna que otra pregunta, un rincón de la poesía en la que declaman varias poetisas haciendo más hermosos los rincones de ésta villa.
Entramos en la iglesia para recibir explicación de su arquitectura al compás de unos sones guitarreros cantamos el Padre Nuestro que estás en los cielos, el bello se pone como escarpias y seguimos disfrutando de ésta hermosa velada.   
El cante y el baile de éste lugar es el folklore, las voces de sus guapas serranas a los sones de laudes y guitarras y los partochos con sus jaleos y palmas al compás de sus desgarradas gargantas.
Unos sabrosos tasajos e cabra regados con ricos vinos de pitarra, las rondas en el medio de la plaza, los lugareños abren las ventanas de sus casas, los quicios de las puertas para escuchar las rondeñas.
Fiesta bien conocida hasta convertirse en referencia obligada, desfilando la flor y nata de las agrupaciones folklóricas veratas ahora que celebramos su XVIII edición de otras partes de España viene lo mejor de los mejor.

Para cantar la rondeña
la rondeña malagueña
en la comarca de la Vera Alta
hay dos figuras sin igual
Manolo (el rubio de Villanueva)
y Boni (el chato de Madrigal ).

El sábado por la noche después del pregón de fiesta en la Ermita del Cerro, asistimos a un pedazo de concierto musical a cargo del grupo cacereño Cerandeo Folk, más que concierto fue un conciertazo, como no había escuchado otro igual hace muchos años, nos deleitaron con diversos y variados temas de su repertorio y nos ofrecieron como primicia y en exclusiva un tema  de las coplas del Peropalo y ahí fue toda una explosión de alegría, un cúmulo de sensaciones contenidas, los pelos como escarpias y unas lagrimitas de emoción corrieron por más de una mejilla del público asistente.
Después en la plaza Aniceto Marinas las celebres Carretillas.
El domingo vinieron a visitarnos unos amigos cacereños, con todos ellos recorrimos las actuaciones del circuito guitarrero, disfrutamos de lo lindo cantando y bailando y degustando ricos vinos de pitarra, tanto blancos como tintos y con variados aperitivos en la plaza del pueblo.
A la hora convenida, en el almuerzo degustamos ricas viandas en el restaurante Gastro-Bar-Vida, toda una exquisitez y una verdadera delicia.
Un ratito de siesta en el porche de nuestra casa en la fresquita parcela y después visita a la chorrera llamada Cascada del Diablo para disfrutar de sus maravillosas vistas, sus cascadas de agua, maravillo clima y sacar hermosos reportajes fotográficos. A la caída de la tarde despedirnos de nuestros amigos con los que hemos pasado una jornada inolvidable.
A Carmen y Miguel Angel, Mercedes y Fidel y Antonio y Maribel, agradecidos y emocionados solamente les podemos decir: Gracias por venir.
A Pilar y José María, Lázaro y Tere que estuvieron ausentes y no pudieron acudir solamente les podemos decir que los tuvimos en nuestro pensamiento muy presentes y que ya saben dónde estamos y que los esperamos un día allí.
También es un lugar donde todos los chalados del mundo se dan cita aquí. Vienen de Rumanía, de Hispanoamerica, de Rusia y de diversas partes del mundo, hasta conformar una variopinta etnia compuesta por veinticuatro nacionalidades distintas. Menudo ramillete de príncipes y princesas, marqueses y duques, unos con mucho dinero, otros venidos a menos y están arruinados, verdaderos o falsos.
Reyes con hambre y exreinas sin un duro. Los matrimonios prohibidos, las examantes de los emperadores, todo catálago disponible de exfavoritos, de ludópatas casados con ricas americanas.
Todos, todos están aquí. Y al alcance de nuestra imaginación, solo es soñar y ya está.
Después unas tardes de terraza, tardes de vinos, dan la bienvenida al buen tiempo y nos invita a disfrutar de una cata muy especial, cata con aperitivo en la pradera de mi casita en un entorno rural, que más puedo desear, si ya de por sí tengo una buena disposición mental.
Cuando alguna vez he dicho algo que me ha salido de dentro y me he arrepentido porque no era socialmente correcto, recuerdo a Chavela Vargas. Prefirió ser como era, con todas las consecuencias, y contarlo. Me hace sentir que no hay nada más sano que la pureza y la transparencia.
Sueño, aunque la mayoría de los sueños no se cumplen, se roncan.
Es una desnuda sinceridad, al fin y al cabo desnudo se nace, desnudo se va al cuarto de baño, desnudo se va al amor y desnudo, se está en la muerte. Pues creo que me voy a estrellar, me van a defraudar, debo aprender de los errores y estar aprendiendo siempre. Menos mal que soy de pueblo y estas predicciones no me enfadan porque sino es para cabrearse. Como decía Sancho Panza” que hay que desconfiar de los que no meten nunca la pata”
Esta XVIII encuentro de cultura popular, un deleite para los amantes de la etnografía, música popular, tradiciones, folklore, pasiones y medio ambiente. Participan diferentes pueblos de la comarca y algunos de otras partes de España, una hermosa experiencia para siempre recordar, un cúmulo de sensaciones emotivas, a los sones de laudes y guitarras, tocados por recios partochos y las voces de esas guapas serranas.

Dicen que paso mi tiempo
en seguidillas y rondeñas
haciendo de saltimbanquis
mientras trabajar debiera.

Murmuración inaudita
pues considerar pudieran
que este mundo es un fandango
y el que no baila, patea.

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