A
UN BUEN AMIGO
Tengo
un amigo que ha sido fraile
que
es más despistado que nadie
pero
con un corazón tan enorme de grande
que
por momentos parece que se le sale.
Buen
padre y esposo
pero
creo que aún mejor abuelo
de
ello dan fe su esposa e hijos
y
todos y cada uno de sus nietos.
Se
levanta todos los días muy temprano
para
llevar a su más pequeña nieta al colegio
un
paseíto al sol después
para
recargar su cuerpo de las carencias de vitamina D.
Sin
olvidarse de comer un plátano diario
para
complementar su falta de triptófano
visita
diaria a las Hermanitas de los Pobres
para
animar a los más desvalidos y su apoyo darles.
Todos
los martes y jueves
entre
las ocho y las diez de la noche
nos
vemos en los ensayos del Orfeón Cacereño
y
de ser su amigo tengo el privilegio.
A
este ex hermano de San Juan de Dios
que
hacer el bien siempre lleva en su pensamiento
que
más puedo decirle
que
estoy orgulloso de él y le respeto como un padre.
A
Luis García Dávila y su esposa María
les
deseo que todos los años que les quedan de vida
los
sigan compartiendo rodeados de toda su familia
con
una chispita de alegría.
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