Matar las guerras
Debemos matar
las guerras
las nuestras y
las ajenas,
aprovechar cada
minuto de nuestras vidas
brindando con
ricos vinos y cervezas fresquitas.
Debemos reírnos el
destino
del pasado, del
presente y hasta del futuro,
disfrutar con la
familia y con los buenos amigos
como si de nuestra
existencia fuese el último minuto.
Aunque errar es
de humanos
pero la verdad
solo tiene un camino,
no creas los
cuentos de los que pretenden llevarte al huerto
ya que hace
tiempo que se les ha visto el plumero.
Quizás no sea un
héroe
puede que sea el
más frágil de los hombres,
y no quisiera
poder equivocarme
a la hora de
coger el último tren.
Debemos matar
las guerras
las pasadas, las
presentes y las venideras,
despertando las
conciencias
las nuestras y
las ajenas.
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