Pobres artistas callejeros
que por ganarse unos dineros,
en la calle los rigores del
invierno
tienen que padecer para
ganarse el sustento.
Desde la mañana temprano
se pasan todo el día actuando,
la mayoría de las veces son
despreciados
pocas veces es reconocido su
trabajo.
Sufren penas y fatigas
para llevar una ayuda a su
familia,
nos alegran todos los días
con su buen hacer y su sonrisa.
Poniéndose el mundo por
montera
aquí o fuera de sus fronteras,
todos los días la vida les
pone a prueba
ellos resisten como unos
jabatos de primera.
Día tras día viendo la vida pasar
intentándose a sí mismo
superar,
pero con la crisis actual
con una pequeña propina se
han de conformar.
Los callejeros son grandes
artistas
unos héroes de leyenda,
siempre con la casa acuesta
desde que se levantan hasta
que se acuestan.
Los artistas callejeros
llaman la atención de los
turistas, captan sus miradas
cada uno con diferentes
estilos
mostrando una nueva forma de
vida creativa.
Abundan los artistas flotantes
desaparecen rápidamente, son
ambulantes
tras actuar un rato deciden
abandonar
puede que no fuese un buen
día para propinas recaudar.
Ver a la cabra encima del
taburete
sigue sorprendiendo a la
gente,
por unas pocas monedas
vemos iluminarse sus caras.
Sangre, sudor y lágrimas
estos artistas se lo curran,
se lo trabajan
todas las horas que hagan
falta
para animarlos debemos darle
una palmadita en las espaldas.
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