Sinfonía de colores, melodía
encadenada
al son de los ecos de una vieja
guitarra
con sus cuerdas bien
templadas,
porque cuando el poeta canta
con la desgarrada voz que
sale de su garganta
denunciando tanta in justicia
que asola nuestra Patria,
las manecillas del reloj no
avanzan
el tiempo por unos momentos
parece que se para.
Al denunciar a todos los
hombres
que a sus mujeres maltratan,
a todos los jueces corruptos
que a la misma justicia soliviantan,
a todos los carteristas banqueros
que han dejado vacías las
arcas de la banca,
a todos los políticos
canallas
que tienen arruinada a
nuestra España.
A todos los locos pirómanos
que tienen desolada nuestra
flora y nuestra fauna,
a todas las industrias que con
sus incontrolados vertidos
tienen totalmente
contaminadas nuestras playas,
a todo incivilizado de los
fines de semana
que va a nuestros campos y lo
arrasa,
y a tantas y tantas cosas
que me faltan páginas para de
denuncias rellenarlas.
Que redoblen tambores, que
repiquen campanas
porque cuando el poeta
denuncia y declama
con su voz profunda y bien
alta,
denunciando tantas
injusticias
y a tanto energúmeno que
alegremente campean a sus anchas
ojala consiguiera que de vergüenza
se les cayese la cara.
Todas y cada una de las
denuncias de su proclama
en las hojas de sus escritos
quedaran reflejadas,
otras como tradición oral irán
de boca en boca
para que a los chorizos se
les parta el alma,
y aunque se la tengan sentenciada
los fachas
nunca su boca podrán tener
callada.
Cuando el poeta denuncia,
para los corruptos
es como un grito de horror,
contra la injusticia es noble
canto
denunciando la discriminación,
reclamando una nueva
dimensión
donde predomine la libertad,
la justicia y el amor.
( Adrián Sánchez Blázquez )
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